Ésta vez sí que es una huida, sigilosa eso sí, pero huida al fin y al cabo. Como con el anterior, la ilustración pretendía ser mayor, con la mano del dibujante haciéndole la vida imposible al personaje, pero todavía hay problemas técnicos por resolver. La perspectiva axonométrica tiene ciertas ventajas para esta representación, pero presenta inconvenientes si pretendiese dibujar muchos más pisos y estancias. Obliga a tirar tabiques. Por ahora seguiré planificando fragmentos de la escena completa y ya iré viendo como ensamblarlos luego.
Cerbero y las escaleras es un pequeño homenaje a un perro que guardaba demasiado bien la casa de mis abuelos.
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