martes, 11 de agosto de 2015

La mano que da de comer


La ingratitud es algo muy feo, pero el servilismo también. Muchos se pasan la vida temiendo caer en desgracia por poder parecer desagradecidos. Agradecen los regalos, las migajas, las burlas, las humillaciones, los palos, agradecen todo. Tiene que haber muchas personas así, sólo de esta manera se explica que tal como van las cosas, no haya impulso suficiente para cambiarlas.

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