viernes, 24 de abril de 2015

Dos veces una mesa


Otra vez repitiendo algo del cuaderno. Me sirve para centrarme en unos logros y dejar otros de lado, para corregir algún detalle, dejar otros igual de mal y fastidiar alguna cosa nueva. Con la luz que había la noche que tomé el apunte, el mosaico del suelo me parecía algo infernal. Me resultaba imposible reconocer el patrón y la vista acabó torturada como cuando uno no conseguía visualizar la tridimensionalidad en aquellos libros de el Ojo Mágico. Ayer estuve sentado en esa misma mesa y todo resultó ser mucho más simple: hay dos tipos de baldosas que simulan un mosaico y es uno de los modelos el principal, mientras que el otro rodea grandes rectángulos formados por el primero.


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