Koi 1

He estado dibujando un montón de carpas para una ilustración algo cerebral, que me exige paciencia y que no estoy seguro de si acabaré. Así que mientras tanto he decidido sacarle partido a los bocetos que he ido haciendo.

Cerbero carlino

Su terrible fama le precedía, pero todo era leyenda. Difícilmente hubiese podido guardar mucho más que un infiernillo.

En el fondo del estanque

Esto de plantearme el blog como un cuaderno de dibujo hace que vaya saltando de un tema a otro sin ningún hilo conductor. Podría ir juntando dibujos y cuando tuviese suficientes relacionados, mostrar una serie, pero sé que así acabaría dejando de actualizar la página en una espera infinita. Al final, resulta que el blog es más una excusa para dibujar que una herramienta para divulgar, como mis cuadernos.

Esta vez decidí colorear el dibujo empleando una sola capa, sin efectos de ningún tipo, como si fuese una acuarela. Bueno, casi como una acuarela, pues aquí puedo rectificar bastante, pero no todo. Así que me he sentido más cómodo y por eso el resultado ha sido mejor.

Un bosque doloroso

Su última caricia me había dolido, pero no esperaba tal reacción. El escozor se extendía por la espalda y adormecía piel y músculos. Un eccema turquesa empezó a brotar rápidamente, pronto dio paso a una costra más oscura, que proyectaban dedos cada vez a más altura y se iban ramificando. Parecía que se estuviese formando un bosque en mis hombros y juraría que vi movimiento en su interior. Cuando se lo mostré a ella, huyó con una mueca de repulsión. Jamás la he vuelto a ver.

Ahora estoy seguro de que el bosque está habitado y ella fue la causa de todo. Dudo entre talarlo o conservarlo como recuerdo.

El peinado de Medusa

Resulta complicado acondicionarse el pelo cuando no te puedes mirar al espejo y tu cabello no está por la labor.

Del diario de Medusa

Soy consciente de que impongo, de que en algunos casos puedo llegar a atemorizar e incluso aterrorizar. Pienso que se exagera demasiado.

Aunque alguien lo pueda pensar, no soy vanidosa. Tampoco me considero tímida o huraña y sin embargo no tengo demasiado éxito en mis relaciones sociales.

No acabo de comprender el porqué, pero intimido. Los pocos que intentan acercarse, sin remedio quedan paralizados ante mi presencia.

En una ocasión me enamoré a primera vista. Tenía una mirada cautivadora.

Punto débil

Argos maldecía su debilidad por la tortilla con cebolla.

Los demasiados puntos de vista de Argos

Me encomiendan ser vigilante. De repente veo correr un gato, se transforma en pájaro o nube y luego se desvanece. Pienso que algún dios se burla de mi confundiéndome. Quizá al gato y la nube la estuviesen viendo ojos opuestos. Puede que parte o todo sean sueños de mis ojos durmientes que se superponen a esta tediosa realidad. ¡Buen centinela estoy hecho!